Martin Gore, lanzo a fines del pasado enero un EP solista denominado The Third Chimpanzee.
Siendo el principal compositor y líder de Depeche Mode, Martin Gore se abstrajo del trabajo con la emblemática banda de Basildon y se enfocó la totalidad de 2020, en experimentar las infinitas posibilidades de la música electrónica buscando jugar sonoramente con la relación simbiótica entre la humanidad y la tecnología. Si durante sus 40 años junto a Depeche Mode, Gore, ha representado su visión del mundo con liricas provocadoras y un aura futurista que logran dotar de un aire contemporáneo cada nuevo disco, en este trabajo se desmarca de las descaradas letras.
Con sus 59 años, Gore lanza un nuevo trabajo discográfico como solista titulado The Third Chimpanzee. Se trata de un EP conceptual que grabó en los estudios Electric Ladyboy en Santa Barbara, California, durante el período de aislamiento social obligatorio productor de la Pandemia.
Gracias a la pausa mundial, se dio la oportunidad de desarrollar algunas ideas que estaban rondando en su creativa mente, ajustar la maquinaria nuevamente y decodificar el caos actual en un conjunto visceral de cinco pistas desenfadadas.
“Las cosas cambiaron mucho desde los comienzos de la música electrónica -recuerda Martin Gore-. Nosotros no estuvimos desde el principio, pero hemos estado dando vueltas desde hace cuarenta años. Hay muchas cosas que son más accesibles y más fáciles de hacer. A veces era una pesadilla poder lograr algo cuando recién empezábamos. Ahora tienes infinitas posibilidades”.
“En este disco empecé trabajando en una parte instrumental de la primera canción, ‘Howler’. Probé con una técnica de resintetizar vocales y sonaba muy bien. Después de que terminé ese track, estaba pensando en cómo llamarlo, y se me ocurrió que sonaba como algo humano pero a la vez sonaba como un mono. En el segundo track creí que sería buena idea volver a resintetizar las vocales y sonó nuevamente como algo deshumanizado. Ahí decidí nombrar a cada tema como un mono”.
El compositor principal de Depeche Mode, también confiesa influencia del libro del historiador y antropólogo estadounidense Jared Diamond titulado “The Rise and Fall of The Third Chimpanzee”. La lectura de estos artículos de divulgación científica relacionados con los orígenes animales del comportamiento humano fue una especie de eureka para dilucidar las conjeturas subyacentes e ilustrar la atmósfera eufórica del repertorio. “Después de nombrar todos los tracks como monos, estaba leyendo ese libro y pensé que sería gracioso en un modo llamar al EP The Third Chimpanzee porque eso es un poco lo que somos. Y la manera que tuve de concretar esa idea que tenía fija en la mente fue encontrar a un mono capuchino que pintaba para que hiciera el arte del EP. Quedé fascinado al conocerlo, se llama Pockets Warhol, vive en Canadá y pinta para la caridad”.
Radical y vertiginoso, el EP instrumental de cinco canciones es el primer material en solitario de Gore en seis años, y lo encuentra sumergido hasta el cuello en amenazantes tonos de sintetizador analógico y ritmos rígidamente funky. “The Third Chimpanzee” es una muestra del espíritu versátil de Gore, quien año tras año sigue reinventando su lenguaje. Su sonido puede parecer duro a primer escucha, impetuoso y extremado, pero en la repetición te atrapa como un remolino del que es difícil escapar. Su exploración con los sintetizadores es más severa y anárquica, un reflejo de la crudeza cotidiana o una forma de exteriorizar los tiempos de crisis. Sin embargo, Gore prefiere no cercenarse. Con tanta experiencia, sabe muy bien que se necesita que pase un tiempo antes de poder considerarlo como uno de sus trabajos más experimentales. “Es complicado para mí juzgarlo porque está demasiado cercano. Muchas personas con las que hablo me lo han dicho, pero durante estos tiempos de COVID no podemos pensar fácilmente”.
Se detiene unos segundos sobre lo dicho, se toma unos segundos para reflexionar y continúa: “Me paso la mayor parte del día trabajando en el estudio. Así que creo que en estos tiempos extraños es incluso más difícil poner cualquier tipo de perspectiva real sobre lo que estás haciendo”.
La discografía de Martin Gore como solista es corta pero intensa. Su primera incursión en esta faceta no tiene nada que ver a la explosión sónica de su flamante estreno Counterfeit (1989). Por su parte en las canciones de Counterfeit² (2003) podíamos escucharlo cantar, ahora la voz funciona como un instrumento más en la mezcla. Nueve años después, se propuso hacer un cambio sustancial en su abordaje a la canción, acompañado por alguien muy especial: nada más ni nada menos que su ex compañero, Vince Clarke, el astro del synthpop, quien luego de salirse de Depeche Mode formó Erasure. “Counterfeit y Counterfeit² son álbumes de cover con algunas canciones que creía que habían sido indispensables para entender mi forma de composición -aclara Gore-. Después hice el proyecto con Vince Clarke y salió Ssss (2012), que es algo completamente distinto y está bajo el nombre de VCMG. Luego, para diferenciar mis trabajos de alguna forma, el siguiente disco MG (2015) y The Third Chimpanzee están bajo las iniciales MG, ya que son muy diferentes que los productos que salieron bajo mi nombre real. No están basados en voces sino en instrumentales”.
En casi todos los discos de Depeche Mode hay algún tema cantado por Gore: “Any Second Now” publicada en el álbum Speak & Spell (1981), “Pipeline” de Construction Time Again (1983), “Sometimes” y “It Doesn’t Matter Two” de Black Celebration (1986), “The Things You Said” de Music for the Masses (1987), por solo mencionar algunas. Siendo un letrista prodigioso y teniendo en cuenta que Spirit (2017), el último disco de la agrupación, tiene una poderosa crítica social, Gore sigue buscando maneras de encriptar un mensaje político en sus últimas composiciones, incluso cuando la palabra se hace a un costado y se concentra específicamente en el ímpetu detractor del sonido. “Quise borrar la línea entre humanos y primates, y demostrar cuanto más evolucionados están los monos… eso era lo que estaba pasando por mi cabeza. Si eso se les ocurre a otras personas o no, porque no hay letras, eso no lo sé. Solo era lo que yo pensaba al nombrarlo así”.
Gore, de 59 años, aprendió hace mucho tiempo a aceptar estas señales creativas. Recientemente incluido en el Salón de la Fama del Rock and Roll por su trabajo con Depeche Mode, Gore es uno de los creadores de pop más influyentes del movimiento postpunk de finales de la década de 1970. Al crecer en Essex, un condado al noreste de Londres, él y sus compañeros de banda Gahan, Andy Fletcher y Vince Clarke (que renunciaron para formar Yazoo, luego abreviado como Yazoo, en 1981) alcanzaron el éxito internacional a través de su álbum debut, “Speak & Spell,” Convirtiéndose en uno de los primeros actos británicos de synth-pop en salir de la vibrante escena londinense.
Durante su discurso de aceptación en el Rock Hall, Gahan describió a la banda como “bichos raros de Essex que usan delineador de ojos”, pero sus melodías de chicle y sus tonos de sintetizador únicos resonaron. Como compositor principal, Gore es responsable de éxitos influyentes como “Everything Counts”, ” People Are People “, ” Personal Jesus ” y ” Enjoy the Silence “, y su enfoque experimental del sonido electrónico se puede escuchar en artistas como Nine Inch Nails, Grimes, Muse y Linkin Park.
Gore dijo que la pandemia no ha interrumpido el calendario de Depeche Mode, porque aparte de una actuación cancelada en la ceremonia de inducción al Salón de la Fama del Rock and Roll en noviembre, no hubo mucho de uno: “Fuimos muy afortunados. Por lo general, nos tomamos un buen descanso después de terminar nuestra gira porque tienden a ser bastante largos, por lo que no teníamos grandes planes para 2020 o 2021 en los libros “. Se negó a especular sobre planes más allá de eso.
Para “The Third Chimpanzee”, Gore se centró más en el sintetizador que en el pop. Un lanzamiento impulsado por los tonos dinámicos y densos en frecuencia que sugieren los sintetizadores analógicos de la década de 1970, el trabajo aprovecha las ideas popularizadas por artistas experimentales alemanes como Kraftwerk, Harmonia y Cluster al servicio de pistas que parecen pesar una tonelada. Pero en su interior se encuentran las pegadizas melodías que han llegado a definir a Depeche Mode.
A más de ocho minutos, “Vervet ” marcha a lo largo de un ritmo de cuatro en el piso que sugiere el minimal techno berlinés de la década de 1990: un patrón de ritmo y melodía fascinantemente preciso que cambia en incrementos de ocho y 16 compases para crear un vasto espacio geométrico. Sónicas bloops, Tings y bancos de disparar a través de los latidos.
Si estos sonidos fuertes son discordantes, es porque fueron creados durante tiempos discordantes. En otro entorno, Gore dijo que podría haber intentado escribir letras, pero no se sintió en absoluto inspirado para hacerlo. “Han pasado tantas cosas”, dijo. “No sé si todo el mundo está confundido desde que comenzó la pandemia y nadie va a ningún lado ni hace nada. Pero es muy difícil inspirarse cuando no se recibe ningún aporte”.
La línea que separa a los monos de los humanos parece más delgada que nunca, concluyó Gore, con una advertencia: “Creo que a los monos les podría resultar un término despectivo si se les llamara humanos accidentalmente”.
Ahora solo resta esperar para conocer cuales son los planes de DEPECHE MODE, cuando disfrutaremos de un nuevo disco, una nueva gira, porque la maquinaria creativa de Martín Gore este lejos de detenerse.