INTRO BIO DEPECHE MODE

Depeche Mode

Depeche Mode, breve biógrafia

«De forma sutil, corrompemos al mundo», afirmó sarcásticamente Martín Gore poco después de la publicación de su single de 1986, «Stripped». No sin ironía añadió: «Siendo una banda de pop, te puedes permitir muchas cosas».

No cabe duda de que Depeche Mode comenzaron como una «banda de pop». Cuando el fundador de Mute Records, Daniel Miller, los vio por vez primera en 1980, se quedó impresionado por el hecho de que «eran unos adolescentes, y los adolescentes no hacían música electrónica en aquel momento. Normalmente se dedicaban a ello los estudiantes de arte, pero los Depeche no pertenecían a esa corriente en absoluto. Estaban haciendo música pop con sintetizadores. Y funcionaba increíblemente bien».


Para el principal compositor de la banda, Vince Clarke (de nombre real Vince Martín), ésta era una oportunidad para alcanzar sus sueños después de una serie de trabajos que no le llevaban a ninguna parte, incluyendo «seis meses de reponedor en Sainsbury y un trabajo en una fábrica de yogur». El aficionado al glam-rock, Martín Gore, y su amigo Andy Fletcher, eran menos veleidosos en aquel momento, y mantenían sus trabajos en el campo de los seguros y las actividades bancarias. Este trío de Basildon era tranquilo, chicos introspectivos con amigos parecidos. De hecho, Gore confesó después que su novia Anne lo llamaba «pervertido» incluso si miraba a una chica desnuda por televisión. Clarke y Fletcher también tenían un pasado. Convertidos al cristianismo, desde los 11 y hasta los 18 años pasaban el tiempo sermoneando a la gente en las cafeterías. En el otro extremo estaba Dave Gahan, el cuarto miembro de Depeche Mode, un tipo nervioso y extrovertido que ya había pasado por el juzgado de menores por vandalismo y robo de coches. Como declaró recientemente a la revista Q, Gahan se mostraba normalmente taciturno y sensible con las chicas: «Mi mejor amigo Mark se acabó enrollando con la única chica de la que me enamoré siendo un adolescente. Yo estaba en una fiesta, y no conseguía encontrar a mi novia por ninguna parte. Todo el mundo me miraba. Todos lo sabían. Abrí la puerta del dormitorio, y allí estaba el culo de Mark moviéndose arriba y abajo. Aquél fue mi primer encuentro con la realidad. Me dejó con la sensación de que yo no era lo suficientemente bueno. He estado luchando contra ello desde entonces». De cualquier forma, hacia finales de 1979, ya estaba prometido a su novia Jo, jurando que sus días de chico malo se habían acabado para bien. Por entonces, Depeche Mode parecían estar en las antípodas del rock’n roll; tocaban sintetizadores, tenían aspecto de niños, y estaban a años luz de la imagen elegante y glamorosa de Duran Duran. De hecho, Depeche Mode tomaron el tren para su primera aparición en «Top of the Pops» y cargaron ellos mismos con sus sintetizadores. Al parecer, Andy Fleteher recibió una gran ovación cuando fue a trabajar al día siguiente.


Siete años después las cosas no podían ser más diferentes. Vince Clarke había dejado la banda, siendo reemplazado por Alan Wilder, quien jugó un importante rol en llevar al grupo mucho más allá de sus inocentes raíces de electro-disco. En 1988 ya se habían convertido en un importante referente cultural, tocando ante una audiencia de 70.000 seguidores en Rose Bowl, Pasadena. Este concierto fue filmado por el legendario D. A. Pennebaker, quien parecía verles básicamente como una máquina de hacer dinero: «No tenían ni idea del mundo que los rodeaba —comento—, pero comprendieron cómo hacer un montón de dinero con la ayuda de una grabadora entre bastidores».

 

En aquel momento, Depeche Mode se movía entre la electrónica y el rock, conectando con su público a través de himnos atmosféricos que hablaban sobre la culpa, el pecado, la redención y la parte oscura de las relaciones. De todas formas, el propio grupo sufrió las peores consecuencias tras vender siete millones de copias de Violator 1990, al experimentar en sus propias carnes las consecuencias autodestructivas de la fama y el rock’n roll. Era difícil de creer que fueran los mismos chicos de Basildon. Andy Fleteher tuvo una crisis nerviosa, Gore tuvo algún ataque epiléptico a causa del abuso del alcohol, y Gahan se convirtió, prácticamente, en una parodia de una estrella de rock yonqui empecinada en infligirse un daño continuo. Vivía en un apartamento de Los Angeles con las ventanas tapadas. Él lo llamaba el «palacio púrpura» por toda la gente que casi muere allí por una sobredosis de drogas: «Debido a un temblor de tierra, la lluvia solía filtrarse y había cubos gigantes colocados por todas partes. Era repulsivo… Me he causado mucho daño y sufrimiento a lo largo de los años».

Estas experiencias se reflejaban en la música, añadiendo un oscuro y especial atractivo para toda una legión de seguidores suburbanos inadaptados a lo largo del mundo. El viaje de Gahan, desde el infierno de la adicción al hombre que es hoy en día, se ha convertido en una renovada fuente de inspiración para cualquier persona que se interese por la banda. Él concede el mérito a su esposa Jennifer, actriz y guionista, por jugar un importante papel durante sus nueve años de sobriedad, «hubo algo en Jennifer que encendió una luz dentro de mí», pero él también ha mostrado tener una enorme determinación y una gran fuerza para superar un pasado extremadamente doloroso.

 

El viaje de Gahan hacia la redención refleja la sensación de optimismo que siempre ha estado presente, aunque de forma sutil, en la música de Depeche Mode. Conectan con la gente porque sus canciones poseen una potencia conmovedora; aportan la visión de la luz y el refugio no sólo en las situaciones trágicas, sino en el gris cotidiano de la vida. Martin Gore puede ser un tipo bastante inexpresivo, pero filtra su sentimiento a través de la música, convirtiéndose, en el proceso, en uno de los mejores compositores activos del mundo. Desde la edición de Black Celebration en 1986, hasta Sounds of the Universe (2009), ha creado una serie de canciones sin rival. Su belleza y calidad hace que ningún otro gran grupo haya podido igualarles, incluyendo a grupos como R.E.M. y U2. Los éxitos relativamente oscuros de «The Things You Said» (Music for the Masses), «Clean» (Violator), «Goodnight Lovers» (Exciter) o la maravillosa melodía de «Here Is the House» (Black Celebration) hablan por sí solos. También son dignas de mención las innovaciones pop de Vince Clarke en joyas como «Just Can t Get Enough» y «Any Second Now», y la reciente promesa dulzona de «Suffer Well» y «Come Back», de Dave Gahan, en Playing the Ángel y Sounds of the Universe, respectivamente.

 

La pasión de sus incondicionales por su música no se basa sólo en sus canciones, también es alentada por el uso de la electrónica por parte del grupo, a menudo en contra de las modas. Artesanalmente producida por Daniel Miller y Alan Wilder, el uso innovador de la tecnología analógica evolucionó hasta la tecnología del sampleo en los ochenta mientras establecían la norma de que no usarían dos veces un mismo sonido. Como resultado de ello, podemos encontrar algunos ejemplos estrafalarios en sus discos, como risas grabadas en un avión (en el estribillo de «People Are People»), y Daniel Miller gritando la palabra horse («caballo») en un loop («Fly on the Windscreen»). Desde mediados de los ochenta, la incorporación progresiva de elementos del blues, rock, glam, country, gótico y gospel en su paleta sonora basada en los sintetizadores, ha ido en aumento. Así nos encontramos que en casi treinta años de carrera aún hacen cosas que otros ni siquiera intentan. De hecho, sería fascinante destripar las canciones, al concentrarnos en una colección de sus caras B instrumentales como «Oberkorn (It’s A Small Town)» y «Agent Orange».

  

Tal recopilación haría que el oyente se percatara de la inteligente aproximación de la banda a la tecnología en términos prácticos, y no futuristas. Llevó un largo tiempo, pero desde finales de los ochenta hacia adelante se han convertido en una importante influencia para otros grupos, como Smashing Pumpkins, Nine Inch Nails y los Deftones en los 90, y más recientemente para grupos como The Faint, Interpol, The Killers, White Rose Movement (quienes incluyen «Photographic» y «Any Second Now» en su parte de DJ) o Ladytron.

 

Daniel Hunt, miembro de la última banda citada, declaró recientemente a la revista Q que: «No sólo son [Depeche Mode] una de mis bandas favoritas, sino que ofrecen un punto de vista completamente diferente de cómo puede hacerse la música alternativa». En el siglo XXI, las canciones de Depeche Mode han sido interpretadas por Tori Amos («Enjoy the Silence») y Placebo («I Feel You»); mientras que Marilyn Manson y Johnny Cash han grabado sendas versiones de «Personal Jesús».

La dilatada colaboración de Depeche Mode con el director artístico Antón Corbijn también ha sido un factor crucial en su éxito. Corbijn partió de una imagen estética poco cuidada y los transformó en unas enigmáticas figuras vestidas de negro, rodando con frecuencia vídeos absurdos, atmosféricos y divertidos en los que aparecían montones de automóviles (incluyendo la perpleja cara de Dave Gahan sentado al volante de un coche «burbuja»), preciosas chicas, extrañas criaturas con forma de pájaro, enanos y caballos de feria montados por un Andy Fletcher vestido como un vaquero. Lo mejor de todo es la figura de un rey solitario (interpretada por Gahan) que vaga errante por vastos parajes desérticos con una hamaca en «Enjoy the Silence». Corbijn diseñó, asimismo, muchos de los escenarios y portadas de discos, aunque, posiblemente, el diseño más efectivo de la carrera de Depeche Mode sea la megafonía instalada en el desierto ideada por Martyn Atkins para la gira Music for the Masses.

 

Por último, uno de los aspectos más fascinantes que se puede observar en cualquier grupo de éxito es la dinámica que se crea entre los diferentes miembros. En el caso de Depeche Mode, operan de una forma única, al incluir a un miembro de la banda que no ha aportado mucho en el plano musical durante años: Andrew Fletcher. Ni siquiera viven en la misma zona. «Fletch» vive en Londres, Gore reside en Santa Bárbara y Gahan está radicado en Nueva York.

Es importante saber que, en la delicada y tácita conexión entre el compositor principal, Gore, y el cantante, Dave Gahan, se encuentra la raíz de muchas de sus mejores canciones. El papel no musical de Fletcher también es muy importante, ya que actúa como filtro de Gore, que elude el conflicto hasta la extenuación y a quien le ha costado de gran forma funcionar creativamente con Gahan o en su momento con Alan Wilder.

 

Introducción extraída y actualizada del libro Black Celebration de Steve Malins, publicado en 2006.

Agregar un comentario

Pin It on Pinterest

Scroll to Top